Según un estudio de la Universidad de Harvard, el enojo en el trabajo es saludable. Quienes pueden manifestar su ira sin perder el control desarrollan mejores carreras. Los que reprimen sus emociones son proclives a sufrir depresiones.
“La gente piensa que el enojo es una situación terriblemente peligrosa. Se nos dice que practiquemos el pensamiento positivo, pero descubrimos que este enfoque es autodestructor, y eventualmente una negación perjudicial de una realidad atroz”, explicó George Vaillant, el psiquiatra a cargo del estudio que empezó en 1965 y siguió de cerca a 824 hombres y mujeres. Una de las revelaciones es que los que reprimieron su frustración laboral eran tres veces más proclives a admitir que habían llegado al tope de sus carreras y a aceptar que estaban desilusionados con su vida personal. Vaillant dijo que las emociones negativas como el miedo y el enojo son muy importantes: “A menudo son cruciales para la supervivencia”.
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