Un estudio mundial llevado a cabo por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, por sus siglas en inglés), confirma las repercusiones del cambio climático sobre la emergencia de las enfermedades animales. La OIE está conformada por cerca de 174 Países y Territorios Miembros.
“Cada vez son más numerosos los países que atribuyen al cambio climático la aparición de al menos una enfermedad emergente o reemergente, que hace o ha hecho estragos en su territorio. Es una realidad que no podemos ignorar y que nos impone ayudar a los servicios veterinarios del mundo entero a dotarse de estructuras conformes a las normas internacionales de buena gobernanza con el fin de enfrentar esa problemática”, señaló el doctor Bernard Vallat , director general de la OIE, en el marco de la sesión número 77 de la Asamblea General de la OIE, desarrollada en Paris, del 24 al 29 de mayo.
La declaración de Vallat fue hecha en alusión al estudio de la OIE titulado: “Consecuencias de los cambios climáticos y de las modificaciones del medio ambiente sobre las enfermedades animales emergentes y reemergentes y sobre la producción pecuaria”. De los 127 Países y Territorios Miembros de la OIE que participaron en el estudio, el 71 por ciento declara estar sumamente inquieto respecto a las eventuales repercusiones del cambio climático sobre las enfermedades animales emergentes y reemergentes. El 58 por ciento identificó un vínculo directo entre la aparición reciente de al menos una enfermedad emergente o reemergente en su territorio y el cambio climático.
Las tres enfermedades emergentes citadas con más frecuencia por los miembros de la OIE que respondieron a la encuesta son: la lengua azul, la fiebre del Valle del Rift y la fiebre del Nilo Occidental. La enfermedad de la lengua azul lleva ese nombre porque la lengua de los animales que la padecen suele adquirir esa coloración a causa de las hemorragias, uno de los tantos síntomas que caracterizan a ese mal. Otras manifestaciones clínicas son inflamación de las mucosas, hemorragias dispersas y edemas. Afecta principalmente al ganado ovino –generando pérdidas en la productividad del campo- y a algunas especies de ciervos. Se transmite a través de la picadura de pequeños mosquitos pertenecientes al género Culicoides.
La relación entre los efectos del cambio climático y la emergencia de enfermedades animales se explica por el aumento de la temperatura y la sucesión de ciclos de inundaciones y sequías. Estos cambios en el ambiente favorecen la transmisión de vectores, que son los organismos –por ejemplo los insectos- que transmiten determinadas enfermedades. Frente a esta realidad, los miembros de la OIE decidieron coordinar acciones para realizar nuevas actividades de investigación, reforzar las capacidades nacionales en los sistemas sanitarios públicos y privados y fomentar la comunicación de esta problemática en la sociedad y en los productores, a fin de prevenir o reducir los efectos del cambio climático sobre la producción pecuaria y sobre las enfermedades, incluidas aquellas que son transmisibles a las personas.
(fuente: Agencia de noticias CyTA-Instituto Leloir)
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